Descubre cómo el brutalismo está revolucionando el diseño de interiores y por qué estudiar esta carrera te permitirá dominar tendencias modernas. ¡Conoce más sobre esto aquí!
El diseño de interiores es una de las carreras más creativas y versátiles de la actualidad, ideal para jóvenes que buscan combinar arte, funcionalidad y tendencias modernas. Entre los estilos que están marcando pauta en el mundo del diseño, el brutalismo destaca por su enfoque en la honestidad de los materiales y su estética robusta. Si estás considerando estudiar una licenciatura en diseño de interiores en ICTE, entender el brutalismo y su aplicación en espacios modernos es esencial para tu formación profesional.
El brutalismo, originado en la arquitectura de los años 50, se caracteriza por el uso de materiales crudos como el hormigón visto, el acero y la madera. Este estilo es ideal para proyectos de diseño sostenible y espacios urbanos, donde la simplicidad y el impacto visual son clave. Para los jóvenes que exploran carreras creativas, como la licenciatura en diseño de interiores, el brutalismo ofrece una oportunidad única para experimentar con materiales innovadores y técnicas constructivas.

Interiores del Museo Rufino Tamayo.
El brutalismo surgió en la década de 1950 como una respuesta a la necesidad de reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Su nombre proviene del término francés “béton brut”, que significa “hormigón crudo”, y fue popularizado por el arquitecto suizo Le Corbusier, uno de los pioneros del movimiento. Le Corbusier utilizó el hormigón visto no solo por su bajo costo y durabilidad, sino también como una declaración estética que celebraba la honestidad de los materiales y las técnicas constructivas. Este estilo se extendió rápidamente por Europa y luego por el mundo, asociándose con proyectos de vivienda social, edificios gubernamentales y espacios culturales. Aunque en sus inicios el brutalismo fue aclamado por su enfoque funcional y su capacidad para reflejar los ideales de progreso y modernidad, en las décadas de 1980 y 1990 cayó en desgracia, criticado por su apariencia fría y monótona. Sin embargo, en los últimos años ha sido revalorizado, no solo por su impacto visual, sino también por su conexión con valores como la autenticidad y la sostenibilidad, lo que lo ha convertido en una fuente de inspiración para el diseño contemporáneo. En México, el brutalismo también dejó su huella, especialmente durante las décadas de 1960 y 1970, cuando arquitectos como Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky adoptaron este estilo en proyectos emblemáticos. Ejemplos notables incluyen el Museo Rufino Tamayo en la Ciudad de México y el Colegio de México, donde el uso del hormigón visto y las formas geométricas masivas reflejan la influencia brutalista adaptada al contexto local. Estos edificios no solo son un testimonio de la modernidad mexicana, sino también una muestra de cómo el brutalismo puede integrarse en la identidad arquitectónica de un país.
Su enfoque en la sostenibilidad y la autenticidad resuena en un mundo cada vez más digital. En el diseño de interiores, el brutalismo se traduce en espacios funcionales y minimalistas, con muebles de líneas rectas, paletas de colores neutros e iluminación industrial.
Sin embargo, el brutalismo no es adecuado para todos los espacios. Es ideal para lugares públicos, como bibliotecas y galerías, así como para oficinas y lofts urbanos. Su aplicación debe justificarse por criterios como la durabilidad, la funcionalidad y la coherencia con el propósito del espacio. Los materiales crudos y duraderos, como el hormigón y el acero, reducen la necesidad de mantenimiento y crean espacios con personalidad única.
En conclusión, el brutalismo en el diseño de interiores es más que una tendencia; es una filosofía que valora la autenticidad y la funcionalidad. Si estás pensando en estudiar diseño de interiores, dominar estilos como el brutalismo te preparará para una carrera increible en un campo en constante evolución. Explora esta y otras tendencias para transformar espacios con creatividad y conocimiento técnico en ICTE… donde es un nombre, no un número.
Imagen de portada: Explanada del Colegio de México.